En plena ola de calor nada mejor que una mascarilla para pies recalentados y agotados. También es muy útil si trabajas muchas horas de pie, porque haga o no calor, acabas con los pies hinchados y necesitados de mimos.
El sistema es básicamente igual que el de las mascarillas de manos, compras el sobre, hay dos opciones: el verde (hidratante, con aceite de almendra) y el lavanda (con lavanda para pies cansados).

Cada sobre contiene un par de “calcetines” impregnados en la mascarilla que va a dejarnos los pies como nuevos. Este no es un concepto nuevo, viene de los tradicionales calcetines impregnados que marcas como Bliss pusieron de moda hace ya varios años (marca y calcetines que en su día se vendían en Sephora y que sigo echando de menos). Solo que esta es la versión “coreanizada”. Igual que los guantes de las mascarillas de manos, los calcetines están compuestos por dos capas: una externa de plástico y luego la de dentro de celulosa impregnada en producto.
Una vez abrimos el sobre sacamos el par de calcetines que no llegan más allá del tobillo (habría estado bien que fueran más altos) y los separamos para abrirlos. Hay que lavarse los pies y luego secarlos bien antes de ponerse los calcetines.
Igual que los guantes de las mascarillas de manos, el plástico exterior nos permite movernos por casa si es necesario pero lo ideal es colocarse los calcetines, ajustarlos con la pegatina de arriba y dejar los pies en alto durante los 20 minutos que tenemos que tenerlos puestos. Incluso si no podéis hacer eso (la ley de Murphy garantiza que en el momento que te los pones llama el cartero o aparecen visitas inesperadas), también funcionan.
No hacen milagros, por el momento muy pocos productos entran en esa categoría pero hoy después de caminar durante 2 horas por un calor infernal en el centro de Madrid vestida de traje por temas de trabajo, he visto que sí que ayudan. La piel queda más hidratada, las rozaduras también mejoran y las zonas inflamadas o hinchadas por el calor vuelven a la normalidad. Misión cumplida y encima el olor me resulta relajante.
Precio, no supera los 4 euros (si bien ahora hay un 20% de descuento en los productos Sephora por las rebajas). Es un capricho que vale la pena darse durante el verano o después de una larga jornada de caminar o de muchas horas de estar de pie. Un buen regalo para esos amigos que se van ahora a hacer el camino de Santiago, seguro que lo agradecen.
Las vi hace tiempo y me llamaron bastante la atención, supongo que al precio que están los probare, por poco que hagan… un saludo guapi!
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Milagrosas no son y el efecto no es de larga duración pero en el momento refrescan y huelen bien. Con el descuento vale la pena hacerse con un par de sobres para esos días de verano en los que los pies acaban reventados.
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