Aprovechando una visita rápida a la capital británica decidí probar la manicura express en Dry By, uno de los salones de peluquería y manicura más de moda en la ciudad. Solo hay que seguirles en Instagram para desear una manicura, fotos llenas de diseños originales, pequeños y elegantes.

Se encuentra en 74 Mortimer St, Marylebone, muy cerca de Oxford Circus y Regent Street. En una calle tranquila y es un local tan elegante como sus diseños.

La primera planta es la zona de recepción y peluquería.

La zona dedicada a la manicura y pedicura se encuentra en la planta inferior, bajas unas escaleras (si tenéis problemas de movilidad, es bueno saber este dato) y te encuentras con una mesa llena de esmaltes de diversos tonos y marcas, entre las que se incluyen los de Louboutin y los de Nailberry.

Se acercó la mujer que me tocaba y le expliqué lo que tenía en mente. Había visto en Instagram una manicura en varios tonos primaverales de lo que ahora se llama «nude». En realidad, si no es muy intenso, todo es nude ahora.

Elegimos cinco tonos más o menos parecidos a los de la foto y pasamos a las mesas. Hay dos filas de mesas alargadas con tres puestos por mesa. La iluminación es «intimista», es decir, suficiente luz en el puesto, pero el resto envuelto en una semi penumbra. La música suave, da ambiente pero no resulta molesta y acabas olvidando que suena. Al fondo cuatro butacones con palanganas doradas para la pedicura.

 

Una vez elegidos los tonos, al tratarse de una manicura express (25 libras), me preguntaron la forma en la que quería que se limasen las uñas y luego se apartaron las cutículas con un cepillo y un palito de madera. Un suave y breve masaje con crema hidratante y lista para empezar la parte de color.

Una manicura rápida, cómoda, con muy buen ambiente, sin ruido. Todo super agradable y tras las dos capas de color y el top coat, un poco de aceite para las cutículas y el spray de secado rápido.

No fui sola, la «nariz» de este blog me acompañó y tenía la misma idea para la manicura pero la quería en tonos grises y negros.

Salimos muy contentas con las manicuras, el trato, el espacio, el tiempo que dedicamos a esta experiencia y como lo dejas reservado y pagado online, una vez allí no tienes que preocuparte de abrir el bolso, pagar, extras, etc. Todo eso está genial. Su web es esta.

Ya han pasado dos días en los que hemos pateado de arriba a abajo una ciudad, ido al teatro, aguantado un chaparrón nivel diluvio universal, nos ha nevado y granizado, hemos pillado metro, tren y avión, cargado con maletas y las manicuras están perfectas, como el primer día. Nailberry está ganando puntos como marca, tened en cuenta que llevo tonos pastel, esos suelen dar mil problemas, pero están perfectos.