Este otoño la marca inglesa de cosmética Estée Lauder ha lanzado una colección de lujo de la mano de Victoria Beckham. El concepto detrás de esta colaboración es presentar el look londinense, sexy, con gran protagonismo de los ojos, de los acabados metálicos y de los bordes emborronados, labios rojos o nude, incluso hablan de la textura «sudorosa» que es un misterio para otro día.

Lo cierto es que la colección incluye bastantes piezas y un packaging muy cuidado. La calidad de la mayoría de estos productos es excelente pero el precio es de los que duelen. Bien sea por el nombre de la madrina de la colección o por el envase en el que vienen, no son productos asequibles para el común de los mortales.

 

La sombra verde me parece preciosa, sobre todo combinada con unos labios rojos, tal y como proponen usarla pero para una sombra individual me parecía pagar un poco demasiado.

 

La paleta no acababa de enamorarme, no suelo usar azules y excepto el verde, el resto de colores no me motivaba, puesto que son tonos que ya tengo.

Lo que me llamó más la atención fue el iluminador. No sé si habéis probado alguna vez los Illuminating Powder Gelée de Estée Lauder. Son un tipo de iluminadores muy especiales. A simple vista son hiper metálicos, al tocarlos parecen tener una textura entre crema y gel, muy suave, muy cremoso, super pigmentados y brillantes. Al aplicarlo en la piel se funde pero da la impresión de ser un iluminador en polvo muy fino.

La primera vez que sacaron esta fórmula fue en 2011, con la colección de otoño Pure Colour Modern Mercury, con Tom Pecheux como director artístico de la marca. Incluso entonces la pieza estrella de la colección era el iluminador, que curiosamente se llamaba 01 Modern Mercury igual que el iluminador de la colección de Victoria Beckham.

Nada más verlo nos damos cuenta que el packaging es diferente. Esta nueva versión va en línea con el resto de su colección. Los dos son ediciones limitadas, una agotada hace años y esta que en breve desaparecerá de las tiendas.

 

La decoración del propio producto también es diferente, uno parecía una especie de piel de serpiente o un mar que ondeaba y el iluminador que acaba de salir tiene un aspecto distinto, similar a un tejido visto de muy cerca.

Estupendo, pero, ¿se parecen una vez aplicados? ¿Es la textura igual de buena?

Sí y sí. La textura y facilidad de aplicación es exactamente igual de buena. El Modern Mercury es uno de mis iluminadores favoritos, me parece que queda elegante en pieles pálidas y muy sexy cuando estás más morena.

En cuanto al tono, es bastante similar, no exactamente el mismo pero las diferencias son mínimas. El nuevo Modern Mercury es más intenso, más pigmentado y se desliza mejor en la piel, pero son realmente muy parecidos. Si aún conservas el iluminador de 2011 no te hace falta este y si te quedaste con ganas de hacerte con uno hace años, esta es tu oportunidad.

Y ahora vamos a verlos juntos. Se trata en cualquiera de los dos casos de un iluminador con un punto metálico, con purpurina (que no se desplaza por la cara), de subtono cálido, que tiende a un beige achampanado con destellos plata y rosa. Puede parecer dorado en algunas pieles pero es más sutil. Siempre me ha resultado más cómodo aplicarlo con los dedos para fundirlo bien en la piel y así evitar el efecto poros marcados.

Dado que el envase es muy diferente, ¿contienen lo mismo? No, el viejo Modern Mercury traía 5,5 gramos de producto (.19 OZ.) y el de la colección de Victoria Beckham contiene 7,5 gramos (.26 OZ.). Con poca cantidad de producto basta, básicamente es un iluminador que te puede durar la vida. Los precios tampoco coinciden, en 2011 rondaba los 40€ y ahora está más cerca de los 60€ pero depende de dónde lo compres. Está en los stands del Corte Inglés y en la página web de la marca, en Selfridges, Harrods y Net-a-Porter entre otros.